lunes, 17 de octubre de 2011

La Daga de Cobre: Capitulo XVI

Bienvenidos! Capitulo 16, un gaucho autentico!
Proximo, termina la segunda parte y luego un intermedio!

                              XVI

Un Gaucho Autentico

El gaucho y Tupa Yawar se miraron directamente a los ojos. Había llegado el momento del duelo largamente pospuesto.
- Ariel.
- ¿Diga?
- Tomá la pierna y andaté. Anda con Tormenta y Marta y cabalguen lo más lejos posible. Yo los alcanzo luego.
Ariel tuvo un ligero momento de duda y preocupación por su maestro pero terminó por acceder, tomó el miembro bañado en oro y corrió sin mirar atrás. (...)
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                                    XVI

Un Gaucho Autentico

El gaucho y Tupa Yawar se miraron directamente a los ojos. Había llegado el momento del duelo largamente pospuesto.
- Ariel.
- ¿Diga?
- Tomá la pierna y andaté. Anda con Tormenta y Marta y cabalguen lo más lejos posible. Yo los alcanzo luego.
Ariel tuvo un ligero momento de duda y preocupación por su maestro pero terminó por acceder, tomó el miembro bañado en oro y corrió sin mirar atrás. 
Tupa Yawar no se movió de su posición.
- Tal como querías. Ahora tendremos ese duelo.
- Bien. Pero también tengo la orden de recuperar la pierna del Sapa Inqa. 
- Tendrás que esperar hasta terminar de pelear conmigo.
- No me malentiendas. Eso pretendo. Pero como le dije a la niña, no puedo hablar por los otros agentes del Magno Oncoy. 
                           * * * * * 
Ariel corrió por entre los arboles. Tormenta y Marta se habían marchado colina abajo mientras ellos entraban al templo. No deberían haberse alejado mucho pero no daba con ellas y aunque corría y corría, lo único que veía era más maleza. Maleza alta y negra, cubierta de espinas y arboles pelados que tapaban el cielo. Le tomó unos minutos darse cuenta de que estaba corriendo en círculos, que el bosque mismo cambiaba y se movía para rodearla y encerrarla.
Ariel se paró y una familiar peste a podrido empezó a acercarse. 
Chodil se le apareció flotando entre los arboles con un nuevo y aun mas hinchado y descompuesto cuerpo, la lengua asomándole por el costado roído de la cara y una piel amarillenta. Reía a gusto, habiendo acorralado a su presa. 
                          * * * * * 
- ¿No estas preocupado por ella?- le preguntó Tupa.
- No, se que Ariel puede cuidar de si misma. No tengo de que preocuparme. 
- Entonces, comencemos.- y de un salto descendió de la columna.
- Antes de empezar, quiero que me respondas algo. Se lo pregunté a uno de tus compañeros pero no me quiso contestar. Decime, porque el Magno Oncoy esta juntando las trece Armas del Potosí?
Tupa dejó escapar una risita. 
- “¿Compañeros?”. Ese no es el término correcto. Tanto el poncoy como el calcu y el resto de los agentes del Magno Oncoy repartidos por el continente, no son mas que peones sacrificables. Nada más que bestias y monstruos que se alimentan de otros, cuyas habilidades son de utilidad para nuestro objetivo. Pero no te atrevas a compararme a mi, un portador de una de las Chunka Kimsayuq Ayñi, con esas bestias carentes de honor y orgullo. Seres tan despreciables no tienen lugar en la nueva era dorada que traerá el regreso del Sapa Inqa. Serán expulsados durante el citua que limpiará esta tierra de los inmundos y la preparará para los justos sirvientes del Inqa. - Tupa lo apuntó con su arma. - Juntar” tampoco es la palabra adecuada. El Magno Oncoy esta “recuperando” las Trece Armas. Fueron forjadas por ellos, no para destruir al Sapa Inqa, sino para proteger al Tawantisuyu de la amenaza española. Los europeos robaron las armas y pervirtieron su uso, derrocando al Inqa con su propio poder. Pero ahora que el Magno Oncoy ha recuperado sus fuerzas, resucitará al Sapa Inqa y le hará entrega de las Chunka Kimsayuq Ayñi para que con ellas recuperé su imperio! El nuestro fue una vez la nación mas noble y grande sobre la faz de la Tierra. Pero ahora mi pueblo, los auténticos dueños del territorio, se mueren de hambre y frio, sufriendo como animales bajo el yugo de los que se atreven a llamarse “americanos”. El Magno Oncoy reclutó a los escogidos, los mas dignos descendientes del Inqa, nos entrenaron e hicieron entrega de las armas recuperadas para asegurar su retorno! ¡Para restaurar la antigua gloria del Tawantisuyu!  
El gaucho estuvo callado un largo rato pero al final no pudo contener la risa. Largó una carcajada seca y mientras desenvainaba su facón, retrucó el pensamiento de Tupa Yawar.
- Todo muy lindo. Se nota que escogiste ese nombre porque realmente te crees todo ese discurso que diste recién pero desafortunadamente, tus ideales están tan podridos como los vejestorios a los que servís. Las armas no pueden restaurar una época, solo destruirla. Las armas son solo eso, instrumentos para matar. En el mundo de antes al que tanto alabas, imperaba la espada. Con el tiempo el escudo le hizo compañía. Es mi ideal, un mundo en el que solo se necesite el escudo. Dudo que viva para ver dicho ideal cumplirse pero no tengo dudas de que Ariel y su generación lo harán realidad. Por tanto, no permitiré que vos y el resto de esos hechiceros corruptos traigan de nuevo la era de la espada. ¡¡En tanto sostenga este facón y esgrima el Estrella Federal, ustedes no triunfarán!! 
Y el viento de sus desenvaine fue tal que partió la tierra enfrente suyo. El Anta Lluki había recuperado su forma y poder original.
                          * * * * * 
Chodil descendió de los arboles, riéndose lo más que podía con su nueva garganta muerta. La baba se le salía de entre sus ennegrecidos dientes: 
- *jehjehjeh*  Pensaste que te me habías escapado, cabrita? *jehjehjeh* Lo único que hiciste fue dañar mi cuerpo anfitrión. Puedo conseguir uno nuevo enseguida *jehjehjeh* solo necesitó controlar un pillü y robarme su cuerpo. Este en particular estaba bastante gastado. No creo que me dure mucho *jehjehjeh* Pero no importaaaa…. Porque pienso robarte el tuyo. *jehjehjeh* Te cortare la cabeza y tendré un fresco y atractivo cuerpo nuevo *jehjehjahjahjahjah*.
Ariel se ató la pierna de Inkarri en la espalda y sacó su puñal.
- ¡No si antes yo te ensarto cual churrasco de croto!
- *jehjehjeh* Que valiente o mejor dicho, que estúpida. Tu truquito de las bolas de fuego no te va a servir de nuevo. En este bosque yo mando. Yo controlo a todas estas plantas y sabandijas. Aquí,.. soy… invencible!
Y el calcu ordenó a todo el bosque atacar. Las espinas salieron desde la tierra, una marejada de insectos y roedores cubrieron los pies de Ariel, pájaros enfermos, mosquitos y colihuachos le saltaron al rostro.  Ariel se tapo la cabeza con su poncho e hizo girar las boleadoras, espantando a las alimañas con su fuego protector. Chodil agitó su palo de brujo y una nube de avispas furiosas se lanzaron en picada sobre Ariel.
Ariel improvisó un “Refocilo Chaguarazo”, desarmando la nube de insectos. Chillando de rabia, Chodil hizo que la tierra se la tragase.
Ariel utilizó su rebenque para columpiarse en una rama y esquivar el pozo con colmillos que se había abierto bajo sus pies. La rama de la que se sujetaba se transformó en una garra y trató de atraparla pero Ariel giró sobre si misma, demostrando la agilidad adquirida con el entrenamiento. Tras caer, Ariel se burló de Chodil:
- Un autentico gaucho no le teme a la naturaleza, la domina. Fue una idea muy estúpida pretender encerrarme en este bosque.
- ¡¡Cállate, mocosa cunchatumare!!
Chodil comenzó a  transformarse entonces, su tronco extendiéndose y doblándose hasta tomar la forma de un insecto de tono amarillento con docenas de filosas patas, chorreando veneno por su mandíbula partida. Ariel le lanzó sus boleadoras pero el calcu las esquivó por los pelos.
-Te dije que tu truquito no funcionaria dos veces ¡Ahora, tu cabeza y luego tendré tu cuerpo para mi!!
- No te estaba apuntando a vos. 
Chodil entonces escuchó el sonido de su palo de brujo al romperse y vio como caía incendiado, la ilusión sostenida por la planta maligna deshaciéndose. 
- Puede que no sepa mucho de brujería pero sin ese bastón ya no podes hacer mas daño, no?
Chillando de miedo y privado de sus poderes, Chodil intentó escaparse de nuevo, transformándose en Volador pero esta vez, Ariel no se lo permitió.
Estilo Estrella Federal! Refocilo Hacido Astillas!
El verijero se clavó en medio de la cabeza de Chodil, dándole muerte al calcu. Su perversa vida acabada, su cuerpo prestado se disolvió mientras el bosque recuperaba su libertad, disuelta la influencia del palo de brujo.

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